No quiero estar del lado de enfrente. Tu lado es más divertido, y me anima.
El problema, o uno de los más graves, era que había perdido gran parte de mis escritos. Eso significaba que una parte importante de mis reflexiones se había esfumado, o por lo menos se había ido en su forma más tangible. Esos escritos eran para mi, materia prima de mi autoconocimiento, es decir, oficiaban de mí mismo en los momentos en que me olvidaba quién era, qué pensaba con respecto a ciertos temas o qué buscaba. No es que funcionaran de cercos limitantes a mi campo de
pensamientos, pero sí de organizadores necesarios para una conciencia tan caótica como la mía.
El hecho de escribir representaba una pequeña extensión de mi existencia. Mi conciencia se volvía eterna. Pasaría a la posteridad, al menos de mi vida, y eso ya era bastante. Pero cuando desaparece alguno de estos bocetos de vida, es inevitable que a uno no se le pierda un pedazo de historia propia, de conciencia de sí mismo en un momento determinado.
(la re puta madre!!!)Eso es lo que se te pasa por la cabeza cuando sabés que perdiste. Bronca. Pero porqué mierda no existe un respaldo automático?
La mayoría de la gente le resta importancia a lo que escribe, y eso, seguramente, porque no ha sufrido la pérdida de sus producciones.