20.12.07

Encuentros dos

A juan le preocupaba que su pene no fuera admirado lo suficientemente por la gente, se cuestionaba todo el tiempo si su tamaño sería el apropiado, si realmente era pequeño, o si en cambio, el adjetivo “pequeño” que utilizaban para referirse a él –era parte de él-, era totalmente arbitrario. Soñaba con ir a un país extraño, en donde los tamaños estándares, hicieran que el suyo fuera considerado grande, o muy grande, o quizás extremadamente grande. Pero enseguida pensó que ya no sería agradable ser considerado extremadamente grande, ya que la palabra “extremadamente” tenía para juan un carácter negativo, descalificador en cierto sentido. A Juan lo que más lo acongojaba era justamente el sentido de las palabras, su carga simbólica, su peso. A juan, como a la mayoría de la gente la palabra “extremadamente” le sonaba incómoda, o más bien insegura, desequilibrante. Representaba todo lo aborrecible que se puede pensar, por el hecho que lo situaba en una situación que no conocía de antemano, algo demasiado nuevo, representaba para él correr un riesgo demasiado grande, una discrepancia con una lógica de corrección, de eficiencia y funcionalidad que no podía ignorar y menos desobedecer.
En cambio lo que veía de insegura Juan en esta palabra, para Pedro, un amigo suyo lo veía de fascinante, de vivo, de pasional. Pedro creía que justamente en lo extremo residía lo creador, lo luminoso, de la destrucción crece la huella inspiradora, de la explosión nace una poesía, de la bomba nace una canción, del atentado al óvulo nace un niño. Lo extremo signaba el mundo por donde moverse, los límites, pero justamente esos límites eran los que inventaban y reinventaban el mundo, una y otra ves. Del atentado a una frecuencia de sonido nace una nota de violín, allegro appassionato en SI#bmol.
“La belleza está en la destrucción y sus efectos, no existe belleza alguna sin destrucción” dijo fervorosamente Pedro a su consternado amigo, que a su ves pedía terminar la discusión para no arruinar la amistad, ni ensuciar sus castos pensamientos. Pedro, que se divertía mucho disertando con su amigo, terminó por acceder a su petición, y se dispusieron a tomar café bien cargado como les gustaba, y fumar tabaco negro, comentando noticia recientes sobre geoplítica internacional, o criticando a la gente, por el simple gusto de hacerlo.
Juan creía firmemente en las instituciones en el sentido de hombres organizados masivamente con ciertos fines, y su rol de regulador social y administrador de libertades. Pedro creía más en el hombre como individualidad creativa que podía formar parte de una asociación con fines comunes. Pensaba en el hombre como fuente constante de cambio y sus potencialidades, sus explosiones intermitentes debían tender a un cambio emancipador en su más amplio sentido. Juan acusaba a Pedro de idealista sin causa, de “rebelde de galería” como le gustaba llamarlo y lo incriminaba de perderse en abstracciones que no valían la pena y que desgastaban al santo botón. Pedro, en cambio, acusaba a su amigo de conformista, mesurado por demás y demasiado estricto en sus aseveraciones.
De cualquier forma, los dos se querían, compartían gustosos vinos y veladas cinematográficas y charlando de amoríos inconclusos, o nunca emprendidos. La cara de uno se reflejaba con regocijo en la del otro. Encendían algunos cigarrillos de cuando en cuando...

13.12.07

catarsiscontinuación

Tener siempre que evadir la ausencia, la supervivencia maldita. La hostilidad que no me deja en paz, mi hostilidad, mi decencia, mi prudencia. Como cuando algo se pierde, siempre, como una canción de amor que nunca fue pronunciada.
Mi serenidad se dispersa en un mar de incertidumbres ineludibles. Mi cuerpo lo acompaña. La sensación de vacío se hace insoportable, casi desesperante. No quiero terminar en donde siempre. Tan solo pasar con algo de peso, huir de lo liviano por un tiempo. Recostarme sobre el suave césped de la despreocupación, de la seguridad ingenua. Quiero llorar hasta que las lágrimas imploren piedad. Quiero escribir una hoja en tu memoria, pero que sea la hoja más hermosa que nadie escribió nunca, que sea un hoja viva, siniestra, emotiva, mentirosa, la más sincera del mundo, la más nostálgica, la más musical, desordenada, cálida.Mis necesidades no se acaban con el mundo, ni con la vida, ellas van allá donde no existe la razón razonada, donde las estrellas son dinamitadas en medio de la noche por algún terrorista sideral, por algún nihilista de los ideales. La reputa madre que los parió a todos los guardianes del orden de las ideas. No se puede resguardar una idea, no se la puede tomar y proteger como a una pertenencia, la idea es libre por sobre todo, por sobre todos. No se la puede utilizar para fines terrenales, pues nunca fue terrenal, no se puede pretender materializar una idea, por más que no hagamos otra cosa, no es aprensible. Mi mente no soporta vacíos, por esto es que la lleno de texto, de discurso, de razón, de espectativas, de mierda. La misma mierda de todos pero en diferente combinación...continuará

23.10.07

Melina (encuentro uno)

Quizás nunca más vería a esa muchacha. Pero lo cierto es que quedó totalmente cegado por su belleza. Él la quiso embaucar sacándole temas que, por más que los comentara con total atinación y acierto, sabía que en otro rincón de su ser-uno muy típico en él- estaba seduciendo, y sabía también que ella lo sabía, o lo estaba sintiendo. Se formaba en ese instante una suerte de acuerdo mutuo, de complicidad implícita con el simple fin de continuar la conversación, ese tímido intercambio de miradas fugaces, que para cualquier otra persona, hubieran sido miradas estrictamente funcionales a las normas de vínculo. Conversación que a esa altura sólo funcionaba como conductor de sentimientos y sensaciones placenteras, que representaba tan sólo una escueta excusa para estar compartiendo ese momento tan especial y único, tan irrepetible y azaroso, como corriente y masificado, vacío y superfluo. Una masa indiscriminada de gente los envolvía y los hacía más extraños de lo que ya eran, los hundía más en el anonimato. No eran nadie. No existían salvo para ellos mismos.
Todo transcurría como una conversación típica entre extraños que se encuentran en ese tipo de situaciones, pero con algo de intimidad expuesta, con algo de complicidad que no se atrevía a ser confianza. Ella se llamaba Melina, y él se perdió en sus ojos. No entendía del todo aún, la razón (razón explícita, porque su interés por ella se basaba en la atracción) por la que se puso a hablar con ella, en aquel lugar tan impersonal, y no estaba en un bar tomando un cálido café. Se preguntaba cuál habría sido el motor de la conversación, cuál fue el asunto que los unió inesperadamente, y que ahora presentaba un mundo de espectativas.
Todo iba directamente hacia una especie de desenlace enceguecedor (él lo presentía así, era un extraño pero excitante augurio), las miradas ya no soportaban tanta presión sobre sus pupilas, el mágico evento estaba por acontecer en medio de la calle, y entre ellos dos, como un mar de pirotecnia apunto de estallar en el cielo.
Y ella rompió ese silencio sutil:
-Bueno, gracias por decirme la hora, me viene el ómnibus, chau.
Él entendió que era su momento estelar. Había llegado la hora de afrontar su destino, y así lo hizo:
-Espera, te amo, no te querés casar conmigo?
- Qué te pensas enfermito, que por pedirte la hora me enamoré de vos? desubicado!
De repente su mirada angelical ya no se posaba en él. Se había subido al ómnibus y se había ido. Él no comprendió porqué ella había negado todo aquello, todo lo mágico que había sucedido entre ellos.
Se sentó en un banco de la plaza, con la mirada más desolada de su vida, cabizbajo. De repente se le acerca una chica y le dice:
-Disculpá, tenés fuego?

Reflexión: Y cómo no hacerse un mundo de la nada, cómo no inventar el paraíso a partir de un ángel, o lo que en ese momento tenía que ser un ángel.

26.9.07

fusiòn dada

La no complasencia, aveces me atrae.
La sensaciòn de falta, de vacìo. Me siento atraìdo hacia lo ningino, lo desprovisto de certeza. Me sumergo. La expectativa de no saber que esperar, ese hambre de lo inacabado. Lo que no alcanza para llenar el vaso, y tiene que ver con todas las tardes del mundo. Esa mitad del vaso que se me escapa, que a veces no existe. Y lo que desepera es esa enferma necesidad, que supera la voluntad, la corrompe por todos los flancos. Me atiza en la cara. En el ojo mas precisamente y me corrompe.

13.9.07

verborragicas espontaneidades

Perdidos. perdidos en la nada. mirando el suelo. tomando un trago. Un trago claroscuro.
Todo se vuelve claro, se ilumina de estrès postnatal. los niños del mundo exigimos beber del nèctar de la realidad, del sueño profundamente lìquido, de la savia de los callejones sucios. Los niños pedimos que se nos tome en cuenta para participar de las guerras, de los genocidios y de las violaciones. Tambièn es cosa nuestra, no sòlo de adultos. Tenemos algunos compañeros precursores en el tema, y queremos seguir su ejemplo. Los niños somos el mañana perdido en el presente, por eso preferimos ser ranas.

Para una rana es màs fàcil croar en el estanque. en el estanque todos croan. pero en la ciudad no se escucha, la rana muere de la depresiòn, o simplemente se adapta al ruido incesante de los automòviles rodando por todas partes, de los teclados exitados de todos los ciber del mundo.

Perdidos sin remedio a cambiar, sin la concesión de la meditaciòn por un instante. La instantaneidad lo suplica, lo exige, lo grita y te escupe: ANDÀ! COGÈ! MATATE! SONREÌ!
Mientras los abuelos mueren de tristeza y los bisabuelos brillan en sus tumbas, se ríen a carcajadas porque están muertos. No sienten el asco del universo.

Los tiempos corren sorprendidos detrás de la gente. Se desesperan por no perderlos de vista, van desesperados esperando que alguien los vea y se compadezca de ellos, y le de una moneda o un bizcocho mordido, muchos de ellos van por dieciocho de julio empapados del humo que despiden los ómnibus, y se vuelven grises o negros claros. A la noche descansan en puertas de iglesias o de redpagos, pero siempre alertas a que no los roben. "...está peligroso, viste..." dice uno que paraba en la puerta de un macdonald, y se rascaba el vientre, a modo de placebo alimenticio.
La vida me engaña como a un niño idiota, me acaricia con un cuchillo de carnicero. Me lo hunde lentamente en el cerebro y me lo saca.
Me siento bien.
Me lo vuelve a hundir.

15.8.07

De 9.08 a 9.09 (lo que pasa)


Ella corria
Yo caminaba
La niebla alborotada
La noche amenazante
Las viejas asustaban
Los planchas descansaban
Mi ojo se mojaba
Se escondía
Mi paso aceleraba
Mi espalda se quemaba
Las piernas se rompían
Ella se acercaba
Un auto se estrellaba
Dos perros se cojían
Las calles espejaban
Los focos reflejaban
Su reflejo
Tinelli emburdecía
Las rubias desnudaban
Un tipo se pajeaba
Los pichis se tapaban
Dos tipos se besaban
Dos tipos los miraban
Otro dos se suicidaban
Los muros vomitaban
Salivas de palabras
Los mensajes enviaban
Idioteces se acotaban
El vecino molestaba
Mi garganta se secaba
Un boludo resbalaba
Las miserias se amontonaban cómodamente
No había espacio para la mente
Los pobres se apilaban
Los ricos engordaban

Un día sin sorpresas

8.8.07

tendedero de ideas

el colmo de todo es que al final de cuentas no tengo razón de ser, sin tener la certeza de que pertenezco a un sector determinado de la sociedad, vivo inundado de ilusiones falsificadas.

El tiempo no existe.
Yo no existo.
Creo que me voy a morir
No tengo sueño
Pienso en la inmortalidad
Tengo nauseas
Odio mis espasmos
Me venden un consolador por televisión
Parece realmente bueno
Apago el aparato
Leo un poco de Poe
Me acuesto a pensar
Nada nuevo
Prendo la radio
Escucho los Pixies
Me gustan esos muchachos
Son buenos muchachos
Sus guitarras me calman
Me siento mejor
La vos quebrada de Frank me anestesia
La tonada del bajo me excita
Me masturbo con cautela
Sin demasiada prisa
Mis movimientos son mínimos
Pienso en ella y acabo
Limpio con papel higiénico
Subo un poco la música
Apenas giro la perilla
Creo que me duele un poco mas el ojo que antes
Será por la presión sanguínea
Tomo el pequeño libro de Artaud sobre mi mesa de luz
Lo ojeo
Pobre muchacho
Toda su vida sufriendo
Un poético sufrimiento
Trato de dormir y apago la radio
No lo logro
Me duele la vista
Sobre todo ese ojo
El izquierdo
Veo bastante borroso
No me asusta
No sé porqué
Mi ojo no existe
Mi forma de existir es mi mirada pero no mi ojo
Que miren mi ojo
Me acuerdo de Buñuel
De su ojo desviado
De la libertad que hay en la desviación
De lo transgresor que puede ser una mirada desviada
Esa mirada incorrecta
Anormal
Disconforme y atrevida
Me miro al espejo
Veo una leve desviación en mi ojo izquierdo
Quizá en un tiempo se haga mas grande
Quizá me haga existir de otra manera
Siento una ligera sensación placentera
Mi ojo existe...

3.8.07

A veces

A veces las cosas no son como uno las planea, qué mas da.
A veces ver a un niño pidiendo monedas en la calle nos reconforta en nuestra autocompasión tapada, en nuestro morbo amaestrado, convertido en lástima políticamente correcta, en esa extraña forma de mirarnos al espejo, tratando de encontrar una persona íntegra en el reflejo, en esa forma de deshacerse de lo ajeno, casi vuelto instinto, casi vuelto necesidad.
A veces perder la capacidad de sorpresa puede ser lo mejor.
A veces hacerse cargo de una situación es confundido con la estúpida asistencia.
A veces dar vuelta la cara deja de ser una decisión para convertirse en un requerimiento de lo más profundo de nuestro ser corrompido hasta el límite(si es que lo hay), en acto de coherencia.

31.7.07


el primer trazo

Ha comenzado una nueva etapa en la vida de este antihéroe que se hace llamar el Mal Intencionado, ha encontrado un lugar donde hacer públicas sus miserias y miedos más profundos.
No será una novedad para nadie, pero calmará sus deseos autocomplacientes.

Bueno, siempre es buena una introducción, como que le da fuerzas a uno para salir con un poco más de confianza.
Me presento en sociedad-virtual- para, como bien dijo el presentador, intentar calmar mis ancias de exteriorización de reflexiones, ideas, verborragias, ocurrencias y demás. Esto es algo que hace mucho tiempo tenías ganas de hacer, pero no encontraba la vertiente(de expresión), hasta que me recomendaron este extraño sitio, que al principio-debo admitir- miraba con cierta desconfianza.

Pero cambia, todo cambia, dice cierta canción instalada en nuestro querido pero a veces desvalorizado inconciente colectivo.
El tiempo pasa, y nos vamos poniendo tecnos.

Nos empiezan a emocionar cosas que antes mirabamos con indiferencia, y paradójicamente(lo que es la vida, pucha!), empezamos a mirar con indiferencia-hasta con desdén- cosas que en algún momento nos tocaron el corazón, y esto desde un niño pidiendo(más salvaje muestra de un capitalismo crudo y hostil), hasta el payaso pelusa de Cacho Bochinche(Idem). McGiver ya no es el mismo, pero qué se le va a ser, es la fuerza del tiempo, de la vida.

Desengaño.... una de las fuerzas más comunes del hombre, fuerza que puede llegar a límites extremos, a inmovilidades extremas, pero también a formas de creación.

Y es por este, que principalmente me decidí a crear este "lazo con el mundo", para compartir un poco de desengaño, y ver qué sale.

bueno, nada más.presentado