26.11.09

Noche

03.15 de la mañana. Cuarto con colchón de dos plazas en el piso. La ventana abierta. La cortina de cuando en cuando flameando. Por la ventana entra la luz de la luna que llega hasta los pies de la cama-colchón. La brisa es tenue y hace calor.

Martín despierta del lado derecho, y más cercano a la ventana. Se da vuelta y acomoda las sábanas caídas, encuentra a Violeta sentada sobre la cama, con las almohadas de respaldo, en plena oscuridad. Él la agarra del brazo suavemente, y desliza la mano hacia su vagina. Ella se aparta, sin tocar su mano, con un movimiento lento e incómodo.

-Estás despierta.

-Si.

-Qué haces despierta?

-Pienso.

-En qué pensabas?

-En nada que quiera contarte

-Pensás en Fabio. Sé que pensás en él. Siempre que te quedas despierta a esta hora con las manos cruzadas sé que te morís por irte con él, que te abrace él, que te hable él, que te coja él. Se nota en tu mirada. A veces cuando estamos hablando en el comedor o haciendo el amor en el baño, me doy cuenta que tu mente se va. Simplemente dejas de estar al lado mío. Te vas. Lo que me queda es tu cuerpo para poder manosear, y en el mejor de los casos coger. Ya me he acostumbrado a esto. No me quejo. Simplemente dejo que pase, que te conformes con esta realidad, y que luego vuelvas.

-Si sabes todo eso porqué me preguntas?

-Tenía la vaga esperanza de que me lo negaras.

-Sabes que él siempre me interesó más que vos, que siempre me gustó más que vos y siempre me calentó más que vos.

-Nunca me lo dijiste.

-Nunca me lo preguntaste.

-Se ve que tenés buena intuición, casi un olfato canino.

-Sos una mierda

-No me digas eso, nene, nadie nunca habló de...

-SOS UNA MIERDA!!

-Como quieras. Voy a dormir que mañana me levanto temprano.

-Bueno, pero dame más sábana que la tenés casi toda de tu lado.

-Tus sábanas son más cortas que las mías. Siempre me pasa lo mismo en tu casa. Vas a tener que cambiar las sábanas, sino no vengo más.

-Vas a tener que dejar de decir boludeces porque sino no te dejo venir más.

-Ah sí?

-Sí.

-Capaz que no vengo más entonces.

-Si venís es porque estás aburrida, porque no hay nada más interesante.

-Puede ser…

-Qué te pasa?

-Pienso.

-En qué pensás?

-Mas bien peno.

-Pasame un pucho.

-Tomá. Compartimos. Es el último.- Le arrima la caja de la mesa de luz hacia la cama. Quedaban dos cigarrillos.

-Pero quedan dos cigarrillos.

-Queda uno. El otro me lo voy a fumar mañana cuando me levante.

-Mañana capaz que no te levantas, capaz que te da un paro cardíaco a mitad de la noche, y ese cigarrillo va a quedar huérfano. Mejor fumamos uno cada uno.

-Está bien.

4 comentarios:

Karma dijo...

faltaban algunos detalles importantes... el no era tan boludo como parecía, ella: igual de puta.

Abril. dijo...

"Son todas putas".

Qué tristeza me dio lo del cigarro huérfano. Yo les hago eso, pobres... pobres mis cigarros.
Y te iba a decir algo más, pero creo que me estoy olvidando.

elneurotico dijo...

No va a quedar nada con lo que reconciliarse, ni uno mismo.

Prenteu Amistreos dijo...

me duele leer éste tipo de cosas, siempre que lo que me rodea tiende a irse por "costados" asi me quiero...no se....