Tu cara se refleja en el sol. Y sé que sos falsa. Las emociones recorren las venas teñidas de alcohol. El amanecer está próximo. No tan próximo como tu muerte. Como la mía. Y creer que vos eras la luz, el faro. Ahora no sos más que sombras. Que penumbras vacías de deseo, de vida.
Ella me hace respirar y carraspea. Es la mugre en la garganta. Acumulada durante meses, años. Años de no decir nada. De fingir estar bien. Ahora todo es claro, pero la verdad ya no alcanza.
Proba herirme. Dale. A ver si podes. Á que te caes en el primer golpe. Eh?. Dale, que la primavera no está ni cerca de tus ojos. De tu lengua.
Ella dice que las cosas nunca fueron como yo las pensé. Como las ví. Las palabras me confunden. Las palabras siempre confunden. El último libro que no pude terminar de leer estaba todavía en la mesa de luz.
Tu vida no es más que una canción triste. En tu cama sólo frazadas apolilladas. Sólo una triste sensación de haber dejado otro domingo atrás. Luego de resacas sucesivas, seguís intentando. Esperando esa nueva resaca que te calme el dolor. No entendés que la resaca sólo se calma con alcohol.
La distancia nunca era demasiada. Siempre podía hacerme sentir bien a su modo. Pensando en volver al lugar de los hechos felices. Al lugar de las emociones de humo. De los besos alcohólicos.
Y el vino puede detenerte por un momento. Y las drogas te hacen sentir más auténtica. Pero estas esperando que venga tu príncipe azul de turno, y echarte en sus brazos, aunque la vida se trate de otras cosas
Y ella a veces se va a cantar cumpleaños, y con hombres que no la conocen.